Hasta hace muy poco, no se conocía metal alguno que gozara de la propiedad de la transparencia; el mercurio era el único que presentaba unas características distintas de las del resto de los metales, al permanecer en estado líquido en condiciones ambientales. Sin embargo, el Instituto Metalúrgico Dnepropetrovsk de Ucrania desarrolló hace unos años una tecnología mediante la cual es posible acabar con la opacidad de ciertos metales y, aunque no se consigue una transparencia similar a la del vidrio, sí se alcanza cierta transmisión luminosa. El resultado es un metal traslúcido, y muy ligero al ser poroso.
Además, según los responsables del proyecto, los metales así tratados siguen conservando muchas de sus cualidades, entre ellas un elevado grado de dureza, y pueden someterse a los mismos procesos industriales. Entre las múltiples aplicaciones que estos metales transparentes pueden tener en la industria cabe citar su uso como filtros químicos, dispositivos de oxigenación para purificadores de agua y estructuras para aviones.
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