Hay tiros libres de muchas clases, con comba, de perfil cambiado, con borde externo, de tres dedos, directos y de laboratorio, entre otros.
Los tiros libres indirectos, que obligan a un toque previo antes de rematar a puerta son particularmente únicos, pues permiten al entrenador y a los ejecutores ser además de futbolistas, magos.
Preparar trucos inesperados que sólo ellos saben, sorprender al rival y al espectador con un doble toque imposible de creer, y algunas veces, sólo algunas veces, esa jugada preparada termina en el fondo de la red, y los mortales celebran y admiran a esos genios de piernas desnudas que hacen cosas que otros sólo sueñan.
Este gol de tiro libre preparado es una muestra de la belleza y genialidad del fútbol, una obra de arte para disfrutar.
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