Este usuario malayo en enero tuiteó que una de sus amigas -embarazada- recibió malos tratos por parte de su empleador (una revista de BluInc Media), y pese a que unas horas después se disculpó, la empresa ya estaba presentando una demanda por difamación contra Fadzil.
¿La condena? 100 tweets pidiendo disculpas, distribuidos cada cierto lapso de tiempo durante tres días, diciendo que difamó a la empresa y la revista, que su tweet al respecto no era verdad, que se retracta y que por ello pide disculpas.
Recién lleva 28 y ya se está coinvirtiendo en una celebridad de la red social. Bastante estúpida la resolución legal por su arrebato y yo me pregunto si no es más un castigo para sus amigos que tienen que leer el spam y si acaso piensan que le cuesta algo pegar la frase cambiando sólo el número al que corresponde el nuevo tweet o que derechamente los deje programados con algún programa que tenga dicha característica.
Y les dejo la inquietud a ustedes: Más allá de lo tonta de la condena, ¿sienta precedentes? ¿Cada cual deberá hacerse cargo en términos legales de lo que dice en las redes sociales?
Tweet |