Una vez tengamos bien enfocado al modelo (girando su pequeña lente de enfoque manual), y apretando el disparador ¡Cómo no, solo hay un botón! obtendremos fotografías de una calidad nada desdeñable. La cámara está dotada de un sensor de 2 MP que toma imágenes fijas a 1600 x 1200 de resolución y además es capaz de capturar vídeo a 30 fps a 640 x 480 de resolución.
Las fotos (en formato JPEG) y los archivos de vídeos (AVI) se guardarán en una tarjeta microSD de 2 GB incluida en el precio de la cámara $99.95, pero evidentemente soporta tarjetas de mayor capacidad. Y como en cualquier otra cámara “mayor”, mediante un cable USB 2.0 podremos traspasar nuestras fotos y vídeos de nuestra máquina liliputiense al ordenador.
Si estáis pensando en adquirir una para vuestras misiones de infiltración espía (o para cualquier otra actividad ilícita en que esta cámara os pueda ser útil), os interesará saber que la batería recargable (a través de USB) os proporciona hasta 30 minutos de autonomía, por lo que deberéis ser rápidos tomando las instantáneas. Hammacher
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