A partir del lunes, quizás encontremos la respuesta en OpenLeaks, creado por antiguos colaboradores del sitio, que ya estaban cansados del estilo de dirección verticalista impuesto por Assange y sus crecientes problemas personales. La idea es continuar con la misma filosofía de WikiLeaks, pero evitando la persecución por parte de los gobiernos.
Sus fundadores, quienes prefieren permanecer en el anonimato, contaron a DN.se que esta nueva web también será un vínculo entre los informantes y el público. La diferencia principal es que OpenLeaks no publicará la información directamente, sino que la cederá a distintos medios para que éstos la analicen y distribuyan.
El objetivo es que la organización, comparable a una agencia de noticias, se convierta en un intermediario neutral y sin agenda política definida. De esta manera, también se corre el foco de la filtración en sí, hacia lo que verdaderamente importa: el contenido de cada uno de los cables.
Los creadores destacan que, por la manera en que está diseñado el proyecto, la responsabilidad por el material recaerá sobre quienes lo publiquen finalmente. Además, creen que el enojo de los políticos ante cada revelación hecha por los medios tradicionales, será menor que el generado hoy por WikiLeaks, aún cuando los datos sean del mismo tenor.
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