Cuando Jessica se enteró de la hipótesis no quedó convencida, de hecho en el momento del robo ella estaba en un campamento infantil, de modo que se puso a trabajar en su propia investigación, informa el sitio RT.com.
La niña fue primero al garaje de la casa, donde encontró ventanas rotas y huellas en los vidrios. Esta pista la llevó hasta una casa de empeño que dista unas manzanas de la casa de su abuela: allí estaban todos los muebles robados. El gerente del recinto le proporcionó los nombres y las copias de identificaciones de los ladrones.
Jessica, acompañada por su madre, se dirigió de inmediato a la casa del presunto delincuente, que resultó ser un joven de 17 años. “Le preguntamos por qué lo hizo. Al principio negó su participación en el robo, pero al final admitió la culpa“, comentó la niña.
A pesar de todas las pruebas que Jessica logró recabar, la Policía no ha practicado ningún arresto.
¡Muy inteligente la niña!
planetacurioso
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