Corría el año 1987 y un jovenzuelo exitoso llamado Steve Jobs revolucionaba el por entonces incipiente sector de la informática doméstica con unos ordenadores revolucionarios que llevaban como emblema una manzanica mordía de colorines.
Luego llegaría su despido de la compañía, el regreso del padre pródigo, el iPod, la revolución... el resto es historia pero hoy nos adentramos en los capítulos anteriores.
Por suerte o por desgracia la aparición de Jobs en la revista Playboy no iba acompañada de poster central desplegable.
Pero es que hace ya casi 25 años el joven Steve era considerado un visionario que cambiaría la relación del hombre con la tecnología, mérito que en parte se le puede conceder junto con el de ser un excelente vendedor.
Polémico como otro personaje similar, Bill Gates, que también consiguió protagonizar parte de la revolución digital aunque también con “acusaciones” de ser mejor vendedor que fabricante de un producto de calidad, lo cierto es que Jobs concitaba el interés del público hasta el punto de merecerse un reportaje con fotografías (vestido) en la revista de las conejitas.
Ya entonces vestía sus habituales pantalones vaqueros y zapatillas deportivas a sus 30 años, a punto de cumplirlos cuando se realizó la entrevista. En una fiesta organizada por Jobs asistieron personajes tan destacados como Andy Warhol y Keith Haring quienes ya quedaron sorprendidos por las posibilidades de los ordenadores Macintosh para expresar sus inquietudes artísticas.
Al parecer en esa fiesta en la que estaba presente el Mac casi como “atracción” Jobs cuenta en la entrevista que le llamaba la atención que las personas más mayores al verlo preguntaban “¿qué es?” mientras que algún niño que también estaba persente preguntaba “¿que puedo hacer con esto?“.
Aquí puedes leer la entrevista íntegra (en inglés) para ver cómo era y qué contaba Jobs en aquel momento. Se desnudaba, pero no en el sentido que os estáis imaginando, picarones. iPlayboy
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