En junio de este año Schrems ejerció el derecho de acceso a sus datos personales (así se denomina en la LOPD española) solicitando a Facebook una copia de la información que esta empresa mantenía sobre él. Al recibir el CD con su información personal pudo comprobar que el contenido ya eliminado de su perfil aún se mantenía.
Dentro de la información que Facebook almacenaba sobre Schrems, se encontraban chats, fotos, solucitudes y correo electrónico. Ante esto Max Schrems se puso en contacto con la Comisión de Protección de Datos de Irlanda, que ha iniciado una auditoría. De resultar culpable, Facebook podría ser sancionado con una multa de hasta 100.000 euros. Estos son los hechos.
Una batalla que Facebook tiene perdida
A finales de 2009, diversas asociaciones americanas habían denunciado la política de privacidad de la empresa de Mark Zuckerberg porque “atentaba contra los derechos de sus usuarios“. En noviembre de ese mismo año, la Agencia de Protección de Datos española daba un toque de aviso a las redes sociales.
En marzo de 2011, el Parlamento Europeo ponía en marcha una iniciativa legislativa para garantizar por ley el denominado “derecho al olvido“.
En junio saltaba el asunto de la tecnología de reconocimiento facial. A finales de agosto, las autoridades alemanas cuestionaban el botón “Me gusta” por considerar que violaba la legislación de la Unión europea. A finales de septiembre, la Comisión de Protección de Datos de Irlanda y la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos, aumentaban la presión sobre Facebook por temas de privacidad.
La política de privacidad de Facebook: una reflexión personal
Cada vez que hemos hablado sobre este tema, en los comentarios algunos usuarios han manifestado que aceptar la política de privacidad es completamente voluntario. Eso es cierto sin duda, pero hay una cuestión que no podemos olvidar: por mucho acuerdo que exista entre las partes, ningún pacto está por encima de la ley y si un contrato conculca una norma, es ilegal.
Facebook debería rectificar, porque este tema le va a estallar en la cara. Si la denuncia de Max Schrems prospera, se sienta jurisprudencia abriendo el camino a multiples denuncias en varios países, con sus consecuencias de deterioro de imagen pública y más sanciones económicas. Todo ello sin detrimento de que la Unión Europea imponga una sanción ejemplar, que puede ser de varios millones de euros.
genbeta
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