De este modo, aseguran haber conseguido que uno de los accidentes más comunes con cualquier 'gadget' -que se moje- deje de ser una preocupación para los usuarios. Según sus creadores,el terminal sigue funcionando normalmente aunque se caiga a una piscina o a un río.
No se trata de una carcasa o un protector físico, sino de un tratamiento que aplican al teléfono solamente en la propia sede de la empresa Liquipel. El aislamiento del teléfono tiene un coste que oscila desde 47 hasta los 62 euros dependiendo del tipo de transporte por el que se envíe el dispositivo a las oficinas y por el que sea entregado de nuevo al usuario. Dispositivos de HTC, Motorola, Apple y Samsung son los que, por el momento, pueden recibir este tratamiento.
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