La pantalla ha sido bautizada como Reality display, y utiliza la tecnología Mobile BRAVIA Engine que ya hemos disfrutado en terminales Xperia anteriores.
El otro punto donde claramente Sony Ericsson estaba perdiendo el paso era en el hardware interno, en los procesadores. Al fin se ponen al día con un procesador de doble núcleo a 1.5 GHz, concretamente un Qualcomm Snapdragon MSM8260. La memoria interna también es uno de sus aspectos destacados, con unos contundentes 32GB.
Por si alguien estaba desilusionado con las especificaciones, la cámara principal es de 12 megapíxeles, con sensor Exmor R, y flash LED. Ya sabemos que el número no implica mayor calidad, pero sobre el papel la cosa promete.
También tenemos cámara delantera, que incluso graba vídeo en formato 720p (la principal,1080p). La velocidad es otro de sus aspectos destacables, ya que en menos de segundo y medio pasamos de reposo a tomar una instantánea.
Sony es consciente de la tendencia que Google, además de otros, están intentando crear con el pago vía móvil y la transferencia de datos a través de NFC. Por ello, Sony Xperia S soporta la tecnología y lo hace un terminal todavía más atractivo. La compañía nipona trabaja en aplicaciones y servicios propios como Xperia SmartTags.
No faltarán las posibilidad de compartir contenidos multimedia, a través de DLNA, HDMI, o Bravia Sync, que nos permite convertir nuestro Smartphone en el mando a distancia de la tele.
En el Xperia S la certificación PlayStation cobra un interés especial, no por contar con los controles físicos de su hermano Xperia Play, sino por contar con un hardware más acorde con lo que pueden demandar juegos para dispositivos móviles.
Más información: Sony Ericsson
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